sábado, 6 de agosto de 2016

VACACIONES EN NORUEGA

Una nueva visita a Noruega, más o menos de vacaciones en familia, con pocas obligaciones y muchas ganas de desconectar y pescar a lo grande, con la mirada puesta en el halibut que el año pasado se resistió -más bien no le dejaron picar- y el salmón, ya que el año pasado estaba cerrada la veda cuando estuvimos. 


Con los primeros, hay que decir que dimos con la tecla. Al estar más pescado ya el fiordo los bacalaos no estaban tan agresivos, y los señuelos estaban más tiempo en el agua. La marabunta de carboneros que había el año pasado este año prácticamente era inexistente en tallas grandes, y sólo las caballas molestaban a veces, aunque el aumento del tamaño del señuelo te ayudaba a evitarlas con facilidad, dejando pues vía libre a la pesca del pez plano, consiguiendo más capturas que nunca, en todos los rincones que lo probamos, aunque con tallas más bien pequeñas. 

Primeras horas de pesca, segundo encontronazo con un plano y primero para mi madre, con un equipo ultra ligero. 

Hubo una mañana realmente espectacular, en la que pudimos contabilizar hasta 7 picadas de halibut, si bien eran bastante pequeños y sólo embarcamos 3. 

Noelia tuvo también el suyo. 

Los Curly Tail Sandeel resultaron mortales, con las nuevas cabezas sandeel de más peso. Puedo decir que es el mejor señuelo de todos los testados para pescar en Noruega, con diferencia, pues tiene buena movilidad pero resistencia, e igual pesca carboneros a darting que lo dejas derivar por el fondo lentamente para bacalaos y fletanes. Es increíble que puedas sacar uno o dos centenares de kilos de pescado con un solo señuelo de vinilo... mi maleta cada vez va más vacía. 

Curly Tail Sandeel, de Savage Gear, con las nuevas cabezas sandeel "fast current".

El rock ligero fue divertido, con bancos de sandeels en las zonas someras, y caballas, bacalaos y demás achuchándolos, siendo fácil pescar con los sandeel slug de 10 cm y las cabezas de 7 gr. , aunque a las caballas les dimos Horny Herring cerca de la superficie.

Bancos enormes de caballas con momentos de gran diversión en costa y barca. 

Salmón. Asignatura pendiente en el mar, este año tocaba. Los ríos estaban muy secos y estaban en el mar, los vimos saltar en muchas ocasiones, e incluso los vimos a flor de agua alguna vez, consiguiendo una picada fallada y una persecución. No era fácil, pues la ondulante era atacada por las caballas y carboneros pequeños con avidez, e incluso los bacalaos subían arriba a por ella. Curiosamente fue haciendo darting, con un sandeel curly Tail, como conseguí mi primer salmón marino, tras fallar al menos 5 ataques del mismo. No era grande, pero hace ilusión. 

Salmón pescado a darting mientras pescaba al carbonero grande en un cortado. Habitualmente los pescan al curricán en las horas de menos luz. 

Posteriormente lo intentaría en un pequeño río cercano, pero el escaso caudal hizo que apenas consiguiera ver y sacar cuatro salvelinos árticos -arctic char- y un reo o trucha marina. Otro año será. 

Y para rematar el viaje, una tarde de pesca en el río Namsos, uno de los salmoneros grandes, que sí tenía caudal suficiente para que hubiera peces, aunque no lo pareciera. Pesca muy elaborada, mucho pateo para conseguir encontrar los peces al final del tramo,  donde sí vi saltar un par de peces y conseguí sacar dos salmones y clavar otro. Creo que los noruegos tienen mucho que aprender de los españoles en lo que a cucharilla se refiere, no es posible que nunca haya visto a nadie sacar ningún salmón con las ondulantes y que siempre que yo lo haya intentado entre ellos los haya pescado. Las giratorias pescan más si sabes lo que haces, no me queda duda. 
Uno de los dos salmones pescados en el Namsos.  Ví este río más asequible que el Stjordal, que ya pescamos años atrás. 

Algo curioso, es que si en el mar saqué salmón y trucha, en el río saqué solla, ver para creer. 
Una trucha en el mar, a la cucharilla, y una solla río arriba, pescando al salmón. Así es Noruega. 

Volveremos... ¡por supuesto!