lunes, 5 de julio de 2010

DE VIAJES

Julio. Calor, bancos de alachas y estorninos por doquier. Supongo que será el preludio de las buenas jornadas de pesca que se avecinan por mi tierra de aquí a los próximos cuatro meses, aunque no sé si podré disfrutar mucho de esas emotivas jornadas palometoneras con mis buenos amigos spinners. De momento, iniciamos esta semana una nueva aventura pesqueril, en esta ocasión saltando el charco, y con el apoyo de mi mujer (echaré de menos al grupo de aventureros indomables), justo en el momento en el que está siendo retransmitido por el canal caza y pesca de sogecable nuestra última experiencia mauritana, con un intenso y vibrante documental en el que se suceden las picadas sin parar... ¡¡ojalá Costa Rica sea al menos la mitad!!

Supongo que a todo el mundo le pasa igual. No viaja... hasta que sale el primero, y luego ya no se puede parar. Es algo que engancha, que atrae y que mantiene una ilusión y esperanza más allá de nuestra vida cotidiana. Los viajes crean lazos entre las personas que los comparten, y cuanto más aventurero es mayor es nuestra satisfacción, y no hablemos de si encima cumplimos con las especies que habíamos previsto. Quien tenga un mínimo presupuesto, que se compre una mochila y adelante; aquel que no tenga un duro y no quiera arruinarse, que se abstenga de hacer ningún viaje, por que una vez se empieza es imposible dejarlo. Y en Septiembre tenemos La Graciosa. Una ruina, vamos.


Saludos,

A. Pradillo