Y es que parece que se ha desatado la fiebre del atún mar adentro y de la anjova en la costa. En todo caso, es obvio que la gente lo que busca es adrenalina, y lo mismo supone para el pescador de lubinitas o jureles sacar anjovas gordas desde costa que para el pescador harto de anjovas sacar un atún de esos de varias decenas de kilos de peso y otros tantos de sabiduría en las aguas azules. El caso es que, yo que soy bastante pacífico, he dejado un poco de lado la adrenalina un par de días para ir a buscar mi karma a las aguas dulces, como de costumbre, con la llamada reproductiva de los lucios, visitando un par de enclaves de la geografía valenciana.

Allí estaba uno de mis viejos amigos, en el mismo sitio de siempre, y todos los años consigo engañarlos. Foto: David Sánchez
David se estrenó en esto de los lucios en un día complicado por el gran caudal.
El último día pesqué desde el kayak; en concreto esta vez usé el Freedom Hawk, y es que le he cogido el gusto a esto de pescar de pie, como si pescara desde una barca, viendo todo lo que antes no veía desde otros kayaks. Un lujo sacar una decenita de lucietes a pez visto y algunos basses en unas aguas tan sumamente pescadas y furtiveadas como las valencianas, con la paz y el sosiego de no oir petardos ni motores en todo el día...
Probamos algún cacharrito nuevo tras arrasar con el Finder Jerk de Molix...
Y un pequeño vídeo para terminar...