La verdad es que las dos veces que ha venido Carlos Rodríguez, de Producciones Bicho, he disfrutado guiándole para que sacara peces a mosca. Si en primavera sacó sus palometoncetes, lubinetas, jurelas, palometas, etc. , creo que del otoño tampoco tiene queja...
Uno de los 2 palometoncitos que sacó Carlos en su anterior visita...
Desde orilla, sólo la novatada hizo que se quedara sin serviolitas y sin poder echar a tierra alguna llampuga, por que oportunidades tuvo, fallando una preciosa picada de un llampugón al pencilito. Desde barca, la situación cambió radicalmente, y Carlos sacó sus llampugas los días que salimos, con el aliciente de las pajareras de anjovas, bacoretas y jurelas de kilo, que se jalaban todo lo que se moviese por el agua. Ni Venezuela ni leches, gritaba mi comensal, inmerso en un sueño piscatorio para un pescador de truchas y lucios.
Llampugas a mosca. Una experiencia realmente fascinante.
El último día, ya me hice yo el ánimo también, pescando los dos con la cola de rata a los diablos verdes, en una sesión la mar de divertida. Una lástima que Carlos no llegara a clavar alguna de las múltiples anjovotas que le siguieron la mosca, aunque en un lance le demostré lo fácil que resulta a spinning si sabes lo que haces...
En fin, aunque con muy poca actividad en superficie últimamente, cuando el mar y el trabajo nos deja, como siempre, seguimos disfrutando al máximo de nuestro Mediterráneo.
Antonio Pradillo