jueves, 7 de octubre de 2010

LA GRACIOSA, OTRA VEZ SERÁ



No hubo oportunidad. No enganché ningún animal que me hiciera sufrir, de hecho, apenas algunos peces de menos de 5 kilos es lo que saqué. Bonitos que parecen dientes de perro, mi tradicional abade, alguna serviolita y los espetones asesinos. El único animal gordo que me tocó a mí fue un wahoo, que cortó limpiamente el bajo en la caída del jig, sin tener siquiera la oportunidad de clavarlo. Luchamos contra viento y marea, hicimos lo que pudimos. 4 roturas con animales muy serios por parte de mis compañeros, y un par de serviolas muy respetables y una sama que levantó Miguelito como lo más destacado. Noelia se portó como pocas mujeres lo harían, nuestra más sincera admiración (¡¡por algo me he casado con ella!!).

Ahí va alguna fotillo para el recuerdo...










Para ver más fotos del viaje, visitad el blog de Manolo Almenara, el patrón de la embarcación:

3 comentarios:

  1. bonitas fotos Antonio,y aunque la pesca quizás no fuese todo lo que hubieseis deseado,pescar en esos lugares debe ser una gozada.Seguro que otra vez será!!un saludo!!!

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  2. Un viaje precioso, no cabe duda, lastima que no traigas ningun gran trofeo pero la pesca es lo que tiene, que nos van a contar a nosotros los pescadores...

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  3. La verdad es que en pocos lugares de España tienes la pesca que hay allí, pero claro, nosotros no buscamos espetones o bonitos...

    En fin, supongo que la compañía de mi mujer y amigos compensan la pesca de algún bicho un poco más especial.

    Por cierto, allí también se cruzaron en nuestro camino las llampugas, hay que ver cómo nos buscan hasta en el Atlántico...

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