Recuerdo haber visto de pequeño un documental del comandante Cousteau en el que los protagonistas eran los delfines. Recuerdo que los lugareños los llamaban con tambores y palos, y los delfines achuchaban a una ingente cantidad de lisas contra la playa, algo realmente espectacular. Quién me iba a decir que conocería, años más tarde, a aquella cultura tan ligada al mar, los Imraguen. Estos días pasados volví a buscar en mi biblioteca, encontrando aquel documental entre la colección de VHS del comandante, volviendo a emocionarme al ver aquellas imágenes... ¡yo he estado ahí!!
Orgullo de quién son y de su pasado.
Los retratos dicen mucho de la dureza climática en la que viven, pero os puedo asegurar que son tan felices como humildes y buenas personas.
Esta suerte de halibut estaba a punto de ser fileteado por la matriarca para secarlo al aire. Pensemos que no hay neveras.
Una vez seco, lo mastican al estilo "chicle", como si fuese bacalao seco. Nos ofrecieron amablemente, pero declinamos la invitación...
...no somos muy amigos de las moscas.
Fabulosos retratos con los críos.
Véase el collar de vértebras de pescado.
Sí, esto es el pueblo. Las cabras reciclan lo posible, no hace falta mucho más para vivir de cara al mar.
Las khaimas dan paso al chabolismo puro...
Básicamente comen pescado, más algo de carne de tortuga de mar y cabra.
Esto es lo que ven todos los días. Es muy duro, y a la vez privilegiado.
Allí nos pusimos, sin pensarlo, a empujar el barco para sacarlo del agua. Allí sólo se navega a vela, y no pienso irme de allí -a la próxima- sin salir a pescar -convivir- con ellos.
Al parecer, los pescadores locales ya no esperan a los delfines, la pesca ha disminuido demasiado, aunque siguen explotando básicamente las lisas, de forma rudimentaria, para secarlas y exportarlas a los países y pueblos del interior de África. Ya no pescan lisas en exclusiva, sino que también capturan a mano corvinas, tiburones... víctimas de los ciudadanos del "primer mundo", que contribuyen al deterioro de un ecosistema en el que el hombre vivió en harmonía durante siglos. He visto con mis ojos enormes fosos repletos de tiburones sin aletas, y de eso somos responsables todos, esta gente nunca lo había hecho, igual que somos responsables del exterminio producido en toda la periferia del Parque Nacional y en todo el Banco Sahariano en general.
Y, como colofón a esta entrada del blog número 99, os dejo un enlace a la parte susodicha del documental de Cousteau, es algo maravilloso. No sé vosotros, pero yo, soy Imraguen.
http://www.youtube.com/watch?v=Z39XSF21Nc0&list=PLF0222E7FAA7A563B&feature=share&index=1
La verdad es que con tan poco son tan felices... ésta también es la magia de un viaje así, que seguro recordareis de por vida. Saludos!!
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