Ver venir a uno de estos cara a ti pone los pelos de punta.
Nuestro primer destino en Sudáfrica ha sido el mítico Parque Nacional del Kruger, un sitio árido toda vez que fascinante, al poder circular por el mismo cruzándote con todos los grandes animales africanos.
Búfalos en el arcén, a escaso metro y medio de nuestra mano... impresiona.
Impalas a mansalva, junto a un buen montón de otras especies de herbívoros.
Hicimos noche en Letaba Camp, en medio del parque sudafricano, algo realmente mágico, donde cenamos carne a la brasa magistralmente hecha por Zayne y Vincent, de Lewire Fishing, la empresa que nos guiaría todo el viaje.
Nos sorprendieron unas hienas que tenían la madriguera bajo la misma carretera...
El Kruger linda con otro parque, el Limpopo, que ya se encuentra en Mozambique, y los animales están circulando libremente entre los dos territorios, aunque es cierto que se aprecian menos conforme te vas alejando de la frontera y te vas acercando a la población.
Jirafas junto a la carretera en el Limpopo.
Covane Lodge (maravillosamente atendido por Marina) fue el centro de operaciones para pescar al pez tigre africano, un pez agresivo pero bastante difícil, por su boca dura, cortante dentadura y los acrobáticos saltos que dan nada más pincharse.
Uno de los primeros tiger fish que conseguimos embarcar... nada fácil.
Paco y uno de sus tigres.
Picó alguno bueno, pero tuvimos que conformarnos con los pequeños, sacando además 4 peces gato. Lo más impresionante, tener los peligrosos hipopótamos a escasos 50 metros de nosotros, pescando entre cocodrilos, impagable.
Raúl con su primer gato, víctima de la Caviar Spinner mientras andábamos al tigre.
Fotografías de Raúl Gil y del autor. Agradecimientos: Savage Gear (logística), Lewire Fishing (guía) y Covane Lodge (alojamiento).
Próximamente, la parte marina en Mozambique...
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