
Vuelta al twiching ligero y al walking the dog de mi niñez... En esta ocasión, Komomo II de IMA.
Si es que no hay nada como recordar la niñez, cuando palometas blancas asesinas se capturaban a mansalva y los palometoncitos nos iban curtiendo en la materia para aprender a pescar a los gordos con una efectividad pasmosa. Claro, después de haber aprendido a engañar a los XL, la pesca de los peques es pan comido. Así, de las pocas salidas de este verano repleto de trabajo, palometas y palometoncitos han sido en gran parte las estrellas de los equipos ligeros, capturándolos a diario, eran omnipresentes. Destacaría el Proteus 90 por su efectividad con los palometoncetes, aunque tuve que cambiar los triples por un número mayor para incrementar considerablemente el número de clavadas y de peces orillados. Quizá pronto cambiemos el Proteus 90 por el 130, a ver si da el mismo resultado con los gordos...

Palometa blanca... sí, con un paseante... diversión 100% asegurada.
Hasta Carlos Rodríguez, leonés mosquero de pura cepa, pasó de cámara a protagonista cuando nos visitó en primavera, capturando con sedal pesado y una mosquita su primer palometón(cito).

Y el Proteus, sin duda, me ha dado más de 50 alegrías en las pocas sesiones que he dedicado a su pesca, incluyendo -por supuesto- alguna que otra lubineta...