Que me digan lo que quieran, pero doy fe de que esto está cambiando. Recuerdo cómo pescábamos los atardeceres hace años en la punta del Dique del Este, orientados al Norte, a resguardo del viento de las tardes, donde entraban las mojarras, sargos y demás. En un año como el que acabamos de pescar, poco hubiésemos podido pescar allí. Hemos cambiado las brisas (mar - tierra de día y viceversa de noche) por las noches de Noreste, que se extienden a atardeceres y amaneceres, que hacen del Levante una costa que se asemeja a las Canarias, con esas nubes bajas propias de los alisios. Hemos perdido las calmas matutinas, hemos cambiado los tiempos de la pesca. Si en nuestra costa valenciana se daba el fenómeno del up welling (afloramiento de nutrientes por las brisas), su posible modificación o ausencia podría ser el causante de un extraño año de pesca. De hecho, nos encontramos ante el peor año de cría de charranes desde que existe la colonia de cría de El Racó de l´Olla, siendo este uno de los indicativos de la presencia de comida (sardinas y boquerones), habiéndose perdido la sincronización en la entrada de peces con la de la cría de aves, conduciendo a una situación desastrosa que nunca antes se había dado. Hemos tenido momentos de mucho, como hacía tiempo que no veíamos, pero también hemos tenido momentos de nada, como nunca vivimos. Está claro que esto es un compendio de causas, de la que no podemos eximirnos nadie, tal como la sobre pesca o la continuada merma de caudales de agua dulce que llega al mar, pero que no nos engañen, el clima está cambiando. La primavera tarda en llegar, pero luego el aumento de temperatura es rápido y se alarga más de lo que debiera; actualmente tenemos el agua en Valencia a 27 ºC, cuando en otros tiempos era en esta semana cuando yo empezaba a pescar palometones en la playa, con el agua bastantes grados por debajo. No hablemos de la lluvia, que este año he visto llover tres veces en Valencia si no recuerdo mal, viendo zonas de monte en las que el matorral mediterráneo (lentisco, coscoja, romero, etc.) está completamente seco, algo nunca visto en nuestros montes, tan adaptados a las condiciones extremas. En fin, veremos cómo afecta esto a los peces. Podríamos acabar perdiendo unas especies, o ganando otras, quién sabe. Yo, prefería lo de antes.
Antonio Pradillo
Una buena reflexión, pero yo lo achacó mas al acoso continuo que sufren las especies y aunque siempre se dice que los peces no tienen mucha memoria opino que no es así, sirva de ejemplo los salmones que tras pasar mucho tiempo en el mar son capaces de recordar el camino de vuelta , por lo que muchas especies que han escapado de las redes etc pueden estar esquivándolas usando otras rutas, también la perdida de muchos estuarios por la mano del hombre, cuando las flotas pesqueras vayan a esas nuevas rutas buscaran otras nuevas etc. Se que tienen que trabajar para vivir, pero se están pasando y esto ya viene de muy atrás, venden el pescado como si el coste de cogerlo fuese muy alto y les vemos en las bahías y en las desembocaduras lanzando las redes y arrasando con todo, deberían de prohibirse estos métodos tan agresivos y los gobiernos dejar de hacer la vista gorda por unos votos, están acabando con todos los recursos.el cambio climático afectara, pero menos de lo que nos quieren hacer creer, es mi opinión. Nada mas no soy un experto y me ciño únicamente a lo que veo. Un abrazo y esperemos que esto cambie.
ResponderEliminarDesde luego yo también prefiero lo de antes. Pienso que está cambiando, y mucho, aunque a algunos les interese esconderlo. El tiempo está como la pesca. Es de extremos. Unas veces da la sensación de que ésto es el paraíso pero dura poco, para ver que el mar bien puede ser un mar muerto y vacío de peces. Como el clima, que nos hemos quedado sin estaciones. Pocas primaveras y otoños recuerdo ya como dios manda. Hoy día se acaba el frío de golpe y llega el calor más sofocante y viceversa. Todo ello afecta a la vida de las especies. Veremos como acaba, aunque nosotros solo lo veremos a pequeña escala y por desgracia serán nuestros hijos quien lo padecerán.
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