NUEVO RÉCORD PERSONAL DE PALOMETONES EN UN DÍA

Recién llegados de un nuevo viaje africano, aún estamos digiriendo lo vivido... especialmente el primer día, como el año pasado, y es que parece que los peces nos hacen fiestas de bienvenida. Si el año pasado nos recibieron los jureles y las imparables cobias, el inusual frío de este año hizo que fueran los palometones quienes estuvieran esperándonos con la boca abierta. Nunca antes había sacado 23 palometones en un sólo día, que hubiesen podido ser muchos más si mi físico lo hubiese soportado y si mi ego hubiera sido mayor, ¿pero qué más da? De lo que se trataba era de disfrutar, y el ansia acumulada siempre hace que el primer día lo cojas con más ganas, uses los señuelos más eficaces en detrimento de buscar las picadas bonitas o la dificultad en la captura, algo que pasaría a dominar el resto de la semana, donde los señuelos de superficie y la cola de rata ganarían relevancia. 

¿Quién se imaginaba a palometones comiendo truchas? Yo, sin duda. 

Los 17 primeros palometones, más dos elops (pendientes en mi lista) e innumerables abades salieron todos con el mismo modelo de Savagear, y es que creo que en la vida había sacado tantos kilos de peces con tan sólo tres vinilos... A continuación, a causa del dolor de brazos por la sobrecarga muscular, empezó el desfile de artificiales, sacando de las cajas los señuelos que Savagear ha diseñado pensando en los lucios, aunque yo estaba convencido de que los palometones se los comerían... 

Hard eel... los triples me los abrían, ¡pero hay que ver cómo la atacaban al hacer jerking!

Sandeel slug 20 cm con una cabeza sandeel jig head de 42 gr. 

Las tallas "pequeñas" y medias dominaban, pero también salieron monstruos de más de 20 kilos, que plantaban batallas brutales. Los palometones africanos son muy robustos, presentando unas peleas más intensas que los europeos en muchos casos. 

Sandeel Darting, uno de los más efectivos con los que pesqué. 

Este viaje no fue de trabajo para ninguno de nosotros. Por fin, fue un viaje de vacaciones, donde no había que estar pendiente de la cámara, de audios, de nada...  sólo de la pesca. Carlos (Producciones Bicho), te lo merecías. Lo que pescaste, y mucho más. Poco a poco vas entendiendo cómo funciona el mar, los peces, su etología... Lástima el que te partió a mosca, ¡melón! 

Carlos Rodríguez, con su primer palometón. 

Paco, el "novato" de la expedición, tuvo la mala fortuna de perder las cañas en el aeropuerto. Suerte que yo iba bien servido y pudo sacarle provecho a mi Salt de Savagear, que se portó una vez más como una campeona. Después de infructuosas quejas, pudo recuperar su equipaje. Amén. 

Los dobletes y tripletes fueron constantes... Paco pelea al fondo con mi Salt mientras yo peleo otro. 

Emilio, decidido a sacar el gran blanco, no tuvo suerte con la temperatura del agua y apenas tuvo que consolarse con pequeños escualos, dedicándose más a disfrutar del viaje, de los palometones y de la fauna del desierto. Pocas personas alérgicas a las picaduras se dedican a coger toda clase de bichos venenosos en medio del desierto... ir a hacer tus necesidades por las dunas ya no va a ser lo mismo a partir de ahora, te lo aseguro. 

El popping tropical dio buenas capturas también, cómo no. 

Cientos y cientos de peces de una veintena de especies, con apenas unos centenares de fotos (la mayoría de paisaje) y apenas unos minutos de video a rock ligero. Da gusto, por fin, hacer un viaje de vacaciones, sin tener que llevar 20 kilos de cámaras y trípodes además de los 20 kg de señuelos de rigor. La mayoría de los días, una GoPro y una Water wolf han sido los compañeros de pesca ¡200 gr de material!

Ahora, toca empezar a preparar el siguiente, el viaje que de verdad nos quita el sueño, donde las especies del Índico africano nos esperan... 

Antonio Pradillo